Mis Compañeros de viaje, Mis Amigos, Mis Grandes Maestros, Mis Pequeños Buddhas. Mis trocitos de Cielo. Seres iluminados con un Corazón repleto de Amor incondicional. Mis Ángeles de 4 patas. Con la Mirada Pura e Inocente que tocan el Alma y te atrapan. Las palabras se quedan cortas para describir la Grandeza de sus Espíritus. Es el mayor Don que ser humano alguno pueda recibir. Los Hijos de la Madre Tierra que envuelven de Amor, Paz y Alegría cada segundo de mi vida. Faltan palabras para expresar la Gratitud por haberme elegido como parte de sus Vidas terrenales. Solo espero y deseo que pronto, muy pronto podamos fundir nos en un abrazo eterno y ser todos Uno en la Inmensidad. Que pronta puedan volver a mi y sentir su Inmensurable Presencia, caminemos juntos, que nuestros Corazones sean un solo latido, que nuestra respiración se confunda con el suave viento y la brisa Marina. Sin ataduras, sin dolor ni sufrimiento. Que solo se oiga el eco de la Vida más allá de estos cuerpos terrenales, y como estrellas de una galaxia infinita, recordamos juntos un nuevo Camino hacia la Paz, la serenidad y la Libertad. Dibujando en cada mirada, el brillo de un Amanecer resplandeciente, donde el tiempo no existe, y el camino ya no es tan corto. Donde la vida no es un suspiro , donde la, Luna nos sonrie y guía cada paso de esta andadura eterna. El latido de mi corazón se llama Canela